Lo de ser esclavos de la rutina es cierto, por mucho que digamos que no, somos animales de costumbres, y yo últimamente me he acostumbrado a apenas pasar por aquí, y como que cada vez me cuesta mas. Y no es que no tenga cosas que contar, o que me hayan pasado, es que no encuentro la motivación para contarlas, o las ganas, o el deseo de compartirlas, no se, creo que cada vez me estoy volviendo más antiredes sociales. 

Llega un cumpleaños y ya ni llamamos, con mandar un whastapillo nos damos por satisfechos, y en navidad, ya ni mensajes personalizados, nos limitamos a reenviar uno que le han reenviado a un amigo a saber quien se lo envió a el y desde donde empieza la cadena.

Las redes sociales están muy bien, es cierto, tienes al momento la información de todo, bueno o malo. Se espera respuesta inmediata a los mails, y si llamas y no te cogen, llamas otra vez, porque igual no te oyó la primera, a pesar de que se queden registradas las llamadas perdidas.

Sé que esta conversación la ha tenido mucha más gente, y muchos están de acuerdo, y otros dicen que odian hablar por teléfono, que es más cómodo el whastapp. Es cierto es más cómodo, más inmediato y sobre todo te protege. Como un escudo que te pones, el que nos da estar detrás de una pantalla, en no tener que enfrentarnos a las cosas cara a cara, el no tener que esperar replica, el poder decidir cuando quieres dar la ultima palabra, el decidir cuando quieres seguir la conversación o no, el tener el poder....



Hace poco oí un discurso de un militar americano que decía que lo importante del día a día es hacer la cama, porque cuando uno se levanta y hace la cama, ya ha cumplido la primera tarea del día, y detrás de esa pequeña tarea vienen más durante el día. EL hecho de hacer la cama, también te ayuda a dar importancia a los pequeños detalles, El discurso que el Almirante William H. McRaven dio a los recién licenciados en 2014, hablaba de como cambiar el mundo con pequeñas acciones, como la vida a veces no es es fácil pero que no hay que desfallecer, hay que seguir adelante, luchando, ponerse en pie y volver a intentarlo. 

Cuando yo era cría no había móviles, estaba el teléfono fijo y el telefonillo de la puerta. Quedabas con tus amigas, te enfadabas cara a cara, discutías, lo arreglabas y te abrazabas diciendo lo mucho que os queríais. Dabas la cara, escuchabas, te enfrentabas a tus decisiones, a escuchar la postura de la otra parte, te comunicabas... 

Creo que tenemos un problema muy grave en cuanto a comunicación, a la vista de los últimos acontecimientos creo que es mucho más latente y grave de lo que pensábamos. La inmediatez esta bien, pero el poder escuchar a los demás, es lo que nos puede llevar a un mundo mejor, y no tan llenos de ego con la ultima palabra la he dicho yo.

Nunca he sido  buena haciendo la cama, pero de un tiempo a esta parte, me gusta al llegar a casa después de una mierda de día, encontrar mi cama bien hecha para saber que mañana sera otro día. 
Quizás mañana pueda cambiar un poco el mundo.

Feliz Martes 

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Todo este rollo es para decir que vuelvo al blog